Las páginas que siguen constituyen una narración de carácter personal y cuando no, recurro a las fuentes. Como viejo alumno de la ciencia sanitaria y conocedor de su rápido desarrollo en los últimos años, espero sinceramente que la prensa, la máquina más poderosa de los tiempos modernos, cuyo fuego no produce humo, cambiará los métodos vergonzosos y a mi modo ver, hasta criminales, que se practican en Panamá para el entierro de' los muertos, hasta que esa costumbre llegue a convertirse en una cosa del pasado. Sin temor a que se me contradiga y con el énfasis que nuestra lengua materna reclama, declaro que el Istmo de Panamá es un centro productor y propagador de enfermedades. ¿Por qué se le permite diseminar, en la forma en que lo han hecho, la fiebre amarilla y la viruela a comunidades cercanas y distantes? Esto constituye una desgracia para nuestra civilización y una amenaza constante a todas las naciones que comercian con, o por medio del Istmo de Panamá. La organización del material de este libro parecerá novedosa, pero escribí las dos terceras partes de él, antes de introducir lo que puede considerarse como lectura fastidiosa. Me temo que, siendo fiel cronista de los hechos, no puedo considerarlas en una sola página y colocarlas al final... (del Prefacio)