Los verdaderos amigos se reconocen por sus actos, no solo por sus palabras. Por eso debes aprender a oír lo que dicen las acciones de las personas cercanas a ti. Debes aprender a hacerlo, porque es lo que hacen las personas, lo que realmente nos demuestra en el fondo quiénes son.
Un ladrón puede dar largos discursos sobre la importancia de la honestidad, un avaro puede elogiar magistralmente la importancia de la generosidad, pero ninguno actuar conforme a sus palabras.
Recuérdalo siempre: un verdadero amigo es aquel que demuestra que te quiere por lo que eres, más allá de las palabras y discursos.