Un gigante es muy posesivo con su jardín y no deja jugar allí a los niños. Sucede entonces algo que le inquieta sobremanera…
Hay personas que se dejan guiar por un corazón duro y amargado y, cuando lo hacen, se equivocan facilmente. Si lo piensas, seguramente te darás cuenta de que tú también te has equivocado; a todos nos ha pasado.
Sin embargo, la vida no se trata de no cometer errores sino de aprender de los que cometemos, de meditar sobre las decisiones que tomamos y las acciones que emprendemos, y aprender sobre el camino cómo mejorar nuestro comportamiento.
Recapacitar, reconocer y enmendar los errores que cometemos, es una virtud digna de alcanzar. Para aprender a recapacitar debes mantener los ojos bien abiertos y estar dispuesto a reflexionar. Te aseguro que vale la pena.