Una obra que presenta a un noble sevillano audaz, cínico y de actitudes seductoras que, con diferentes artimañas, busca deshonrar a mujeres nobles o plebeyas para satisfacer sus impulsos lascivos.
Las hazañas amorosas de Don Juan no sólo burlan la honra de mujeres y hombres, sino que además son una forma de mofarse y desafiar las reglas morales y sociales de la época. No obstante, las malas acciones siempre tienen un precio.
La obra dramática de Tirso de Molina se caracteriza por la enorme complicación de sus argumentos, que a veces se hacen harto difíciles de seguir, posee el secreto de la intriga y sabe cómo interesar al espectador.
Sus personajes poseen una profundidad psicológica mayor que en otros dramaturgos de la época, y sus caracteres femeninos destacan a menudo en sus obras. También suelen ser increíblemente enredadores e intrigantes, de manera que siempre saben salirse con la suya y tienen salidas para las situaciones más apuradas, lo que atestigua el ingenio del fraile mercedario.
Tirso destacó sobre todo en la comedia. Escribió además dos misceláneas, donde tienen cabida la novela cortesana, las piezas dramáticas y los poemas de distinta temática.
El estilo de sus obras es abiertamente conceptista, muy jugador con los vocablos, y en sus últimas obras algo culterano, pero siempre sobre un fondo conceptista.