El Ismaelillo, pequeño volumen que los emigrados cubanos de Nueva York conocieron en 1882 recién salido de las prensas de Thompson y Moreau, fue la luz anunciadora de la nueva poesía en la América Latina. Pero antes de insistir en la significación auroral del libro que consagrara Martí a su hijo vale la pena conocer las circunstancias que dieron origen a esa obra de tan alta calidad lírica y humana. Cuando le faltó a Martí la presencia de su hijo, entonces le nació y creció el hijo ideal, Ismaelillo, de la propia nostalgia unida a su desilusión. Se vuelve al recuerdo del hijo como hacia el único refugio posible. O, para decirlo con sus palabras, en demanda de un escudo. Con esta hermosa carta introductoria Martí dedicó a su hijo con infinita ternura el Ismaelillo, primer libro de versos escrito y editado por José Martí.